Entró a escena como una de las joyas de la corona de General Motors, en especial la versión de 1954 lanzada como un modelo para 1955. El Bel Air del 54 poseía características elegantes pero bien marcadas, como un parabrisas curvo, faros que formaban parte del capó, protectores para los guardafangos traseros y aletas estabilizadoras prominentes. En ese entonces, las características de su diseño hacían lucir a sus competidores como pasados de moda. Clasificado como un automóvil clásico para coleccionistas, el Bel Air aún ruge en las autopistas de hoy en día y aparece en muchas muestras y exposiciones de automóviles.

Viene a ser un coche incomparable si queréis diferenciar vuestra boda de la estética habitual. Enorme en el interior.